lunes, 9 de mayo de 2016

Puntos de vista

Tras visitar numerosas poblaciones, un sabio viajó a una nueva ciudad junto a sus seguidores para seguir difundiendo sus enseñanzas. Inmediatamente se les unió un discípulo que vivía en aquella localidad.

—Maestro, en esta ciudad te van a perseguir y calumniar—le dijo, triste y preocupado—. Los habitantes son arrogantes y no quieren aprender nada nuevo ni diferente. Sus corazones están sepultados bajo una losa de piedra.

El sabio asintió sonriente y le respondió con serenidad:

—Tienes razón. Gracias por avisarme.

Más tarde apareció otro de sus alumnos, que también vivía en aquella comunidad. Radiante de alegría y lleno de confianza, le comentó:

—Maestro, en esta ciudad te van a acoger con los brazos abiertos. Los habitantes son humildes y están con muchas ganas de escucharte. Sus corazones están dispuestos a nutrirse con tu conocimiento.

El sabio asintió sonriente y de nuevo afirmó:

—Tienes razón. Gracias por avisarme.

Incrédulo, uno de sus acompañantes se plantó delante del maestro y le preguntó:

—¿Cómo puede ser que les hayas dado la razón a los dos si están diciéndote exactamente lo contrario?

Y el sabio, impasible, le contestó:

—Cada uno de ellos ve a los habitantes de esta ciudad según su punto de vista, el cual está fundamentado en su visión y experiencia subjetivas. ¿Por qué tendría yo que contradecirles? Uno ve lo malo y el otro ve lo bueno. ¿Dirías tú que alguno de los dos ve algo errado? No me han dicho nada que sea falso. Solamente han dicho algo incompleto. Por eso los dos, a su manera, tienen razón"


[Imagen de Internet]



[Cuento extraído del libro "El Sintentido Común", de Borja Villaseca. P. 61-62]

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